Durante siglos, las normas culturales en todo el mundo han impuesto clasificaciones de género que nos limitan como personas y a nuestra diversidad. La falta de igualdad de género nos ha hecho vivir bajo estrictas reglas sociales que nos imposibilitan a todos expresarnos tal y como somos.
En este sentido, la expresión de género es la forma en que cada persona manifiesta el género con el que se identifica. Esto incluye forma de hablar, de vestirse, de peinarse, expresarse o maquillarse. Cada persona experimenta y manifiesta su género de distintas maneras, siendo diferente de acuerdo con cada cultura y época.
En la actualidad, hemos ido ganando terreno poco a poco para llegar a una sociedad donde la igualdad de género se convierta en algo normal. Sin embargo, aún queda mucho por hacer, necesitamos crear un ambiente donde se respeten los derechos de todas las personas por igual.
El objetivo es transformar nuestra sociedad en una más justa, sin violencia de género, sin estereotipos que pongan en desventaja a ciertos grupos. Que las personas puedan ser libres tal como son, sin restricciones de género y sin limitaciones por su aspecto físico.
Pero ¿cómo logramos esto?
- Educando a las nuevas generaciones con el respeto que se merecen sin importar cómo se identifican.
- Siendo empáticos, justos y tratando de igual manera a todos los que nos rodean.
- Apoyando y respetando las aspiraciones profesionales de los jóvenes sin estereotipos sociales.
- Reconociendo que todos tenemos una identidad, ideas, sentimientos, voluntad y necesidades.
- Apreciando y respetando la apariencia física, el cuerpo, el rostro, el pelo y la ropa de todos sin importar el género.
- Expresando con naturalidad nuestra vulnerabilidad, emociones, aciertos, fortalezas, empatía y belleza, sea cual sea.
Hoy en día es importante reconocer que nuestra forma biológica no necesariamente va de acuerdo con nuestra identidad de género. Ahora las personas se identifican en zonas intermedias, fuera de los patrones establecidos por la sociedad.
Importancia de una educación libre de género
Una investigación publicada en la revista Science de 2017, describe que los estereotipos de género se adquieren a edad temprana, es por eso que, la niñez es la edad adecuada para inculcar en ella los valores de respeto a los demás e igualdad de género.
Y como ya lo hemos mencionado, las convenciones sociales limitan nuestras posibilidades. La constante atención en los aspectos de género pone una presión social abrumadora en las personas, constantemente nos vemos en la obligación de satisfacer las normas de la sociedad.
Dicha presión social puede ocasionar consecuencias de salud física y mental. Debido a eso negamos el dolor, tristeza, malestar, esfuerzo para no mostrar debilidad, lo que expone a las personas a un mayor riesgo de salud. Desencadenando miedos, mitos, prejuicios, rechazo e infinidad de actitudes, comportamientos o sentimientos negativos en las personas.
Las ideas preconcebidas de género se convierten en una carga emocional que limita el disfrute de la vida para las personas. El constante pensamiento de no ser lo suficientemente bueno hace que surjan inseguridades, ansiedad e insatisfacción.
Por lo tanto, es necesario un reacomodo en la sociedad, creando un ambiente en el que accedamos a una educación que nos haga conscientes de las desigualdades y de los privilegios. Una educación que elimine estereotipos para formar personas libres, seguras de sí y respetuosas de las demás, hasta lograr un mundo más igualitario y justo.
Fuentes:
De la Garza, Claudia, Derbez Eréndira. “No son micro machismos cotidianos”, Penguin Random House, Ciudad de México 2020.
Bian, Lin, Sarah-Jane Leslie y Andrei Cimpian. “Gender Stereotypes about Intellectual Ability Emerge Early and Influence Children’s Interest”, Science, enero 2017.